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Mi Alma Mater

martes, 21 de septiembre de 2010

Philippe Perrenoud, Diez nuevas competencias para enseñar


Concha Carbajo Martínez,

Universidad de Murcia

Barcelona, Graó. 2004.

Este libro reúne una docena de artículos publicados en la Revista de la Société Pédagogique Romande, L’ Èducateur, durante los años 1997 y 1998. El contenido reunido de estos artículos es utilizado por su au¬tor, Philippe Perrenoud, como excusa para pasar revista a las múltiples facetas del oficio de profesor. Motiva al lector proponiéndole un viaje metafórico a través de las competencias docentes.

Las diez nuevas competencias para enseñar aparecen estructuradas en dos niveles. El primer nivel queda constituido por lo que él llama competencias de referencia. Son campos o dominios que considera prio¬ritarios en los programas de formación continua del profesor de Primaria. La formulación de estas áreas de formación las realizó el equipo del Servicio de Perfeccionamiento de la ciudad de Ginebra durante el curso 1996-1997. El autor participó activamente en dicho equipo.

Estas competencias de referencia, o primer nivel de estructuración del libro, se concretan en los diez enunciados siguientes: 1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje; 2. Gestionar la progresión de los aprendizajes; 3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferen¬ciación; 4. Implicar a los alumnos en su aprendizaje y en su trabajo; 5. Trabajar en equipo; 6. Participar en la gestión de la escuela; 7. Informar e implicar a los padres; 8. Utilizar las nuevas tecnologías; 9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión; y 10. Organizar la propia formación continua.

El segundo nivel de estructuración de esta obra lo constituye el in¬ventario y la explicación de cuarenta y cuatro competencias específicas. Éstas son la propuesta del propio autor al tratar de concretar al máximo los anteriores diez dominios de formación. Queda justificado que no se trata de un inventario exhaustivo, sino tan sólo una propuesta abierta con la mirada puesta en el futuro. Las argumentaciones están muy ela¬boradas, conteniendo continuas referencias a otros autores y a su propia obra que es muy prolífica. Así pues, la densidad del contenido obliga a una lectura pausada que, en ocasiones, se hace necesaria debido a las características de la traducción.

Si bien el inventario de estas cuarenta y cuatro competencias específicas se derivan de las líneas básicas para los programas de formación del profesor de Primaria, el planteamiento y la explicación de las mismas son extensibles también para el profesorado de Secundaria. En ocasio¬nes, incluso, algunas de las propuestas del autor son más aplicables en este último nivel educativo.

Tanto en la introducción como en la última sección de conclusiones, Perrenoud deja claro que la formulación de competencias no es una de¬cisión objetiva sino que es fruto de opciones teóricas e ideológicas y que, por lo tanto, dejan gran margen de interpretación. La intencionalidad de esta obra es describir las competencias del futuro profesor ideal, las cuales deberían ser los ejes básicos sobre los que se confeccionen los programas de formación. Le interesa más el debate que puedan suscitar esas competencias ante el perfil emergente de un nuevo tipo de profesor que el dejar constancia por escrito de su experiencia. En este sentido el autor motiva al lector proponiéndole un viaje metafórico sobre el mundo de la docencia, siempre en evolución, resultando ser un recorrido por la realidad impregnado de una gran dosis de amor a la profesión.

A lo largo de toda la obra se ve claro que el rumbo que gobierna dicho recorrido está dirigido al horizonte utópico de pensar que en edu¬cación, y, por lo tanto, en la formación de sus profesionales las cosas se pueden hacer siempre mejor y que todo es posible. Las competencias de referencia y las competencias específicas son las distintas paradas que el autor nos invita a hacer, en ese metafórico viaje, obligándonos a múlti-ples y continuas reflexiones sobre la complejidad de la práctica.

Las conclusiones que he obtenido de tales reflexiones las resumo a continuación. Las enuncio identificando el aspecto educativo al que se refieren:

1. Las situaciones de aprendizaje: A la competencia tradicional de co¬nocer los contenidos de una disciplina y organizar su enseñanza hay que sumarle la competencia emergente de saber poner en acto situa¬ciones de aprendizajes abiertas, que partiendo de los intereses de los alumnos les implique en procesos de búsqueda y resolución de proble¬mas. La competencia didáctica de partir de los conocimientos previos de los alumnos y de considerar los errores como parte del aprendizaje, se completa con la capacidad fundamental del saber comunicar entusiasmo por el deseo de saber, implicando a los alumnos en actividades de investigación o proyectos de conocimiento. (Capítulo 1: Organizar y animar situaciones de aprendizaje)

2. La progresión de los aprendizajes. A la competencia tradicional de hacer el seguimiento de la progresión de los aprendizajes eligiendo bue¬nos ejercicios, estandarizados en libros, y evaluaciones de carácter for¬mativo, la competencia emergente es la de gestionar la progresión de los aprendizajes pero practicando una pedagogía de situaciones problema. Al ser estas situaciones de carácter abierto el docente ha de tener la capacidad de saber regular dichas situaciones, ajustándose a las posi¬bilidades del grupo. Para ello es necesario controlar los mecanismos de las didácticas de las disciplinas y las fases del desarrollo intelectual. Al mismo tiempo, la competencia específica de tener una panorámica lon¬gitudinal de los objetivos de la enseñanza supera la visión limitada de los profesores que se centran en un solo ciclo. El autor considera que el trabajo en equipo es indispensable para superar ese conocimiento parcial de los objetivos. También reconoce que gestionar la progresión de los aprendizajes considerando la realidad de la ratio alumno/profesor, no es fácil y exige competencias en ingeniería de la enseñanza-aprendi¬zaje, la evaluación y el seguimiento individualizado (p. 45). (Capítulo 2: Gestionar la progresión de los aprendizajes)

jueves, 9 de septiembre de 2010

jueves, 18 de febrero de 2010

APRENDIZAJE POR COMPETENCIAS

CONCEPCIONES DE APRENDIZAJE Y APRENDIZAJE POR COMPETENCIAS



Dentro de las concepciones de aprendizaje, las que más se acercan al enfoque por competencias son el constructivismo, el cognitivismo y el socio-constructivismo, ya que retoman la actividad total del sujeto que aprende, como es el caso de la actividad mental desarrollada durante este proceso del conocer y las estructuras mentales que se ponen en juego.

También se plantean las fases en que se da el proceso de aprendizaje y el papel tan importante que juega el contexto y el docente para que este proceso sea totalmente coherente con el desarrollo de las competencias que se desea lograr en el alumno que participa en toda esta serie actividades curriculares. Así aunque el aprendizaje es individual, el contexto apoya de manera decisiva en el desarrollo de la competencia buscada.

El aprendizaje es un proceso que forma y transforma a los seres humanos, por tal motivo no puede ser algo trivial, que no deba ser tomado con mucho cuidado y seriedad, pues mediante este proceso es que se logra conformar a los alumnos como seres realmente humanos y se desarrollan las competencias deseadas en el currículum. Por lo tanto es una responsabilidad mayor realizar una planeación didáctica que permita lograr los aprendizajes esperados en los currícula planteados en cualquier nivel de la educación básica

sábado, 16 de enero de 2010

Cómo confronté la docencia

Mi confrontación con la docencia.


Félix Rendón Ríos

Desde el inicio no fue mi intención ser docente, en realidad yo quería ser médico veterinario, pero las circunstancias me orillaron a estudiar la normal, pues era la única opción que existía en mi pueblo para estudiar una carrera, asi que entré a estudiar la normal primaria para ser maestro rural.

Una vez que terminé la normal me fui como maestro rural al estado de Querétaro, en donde estuve 2 años en la misma escuela. Después me cambié al estado de Puebla, en donde me desempeñé como director comisionado en la misma escuela también por 5 años. Conviviendo con las personas de la comunidad por que me quedé a vivir en esta comunidad durante todo el tiempo que trabajé en esa escuela.

Es así como me inicié como maestro de primaria en el medio rural en mis inicios como docente. Posteriormente me cambié a un medio semiurbano, en la región de Tepeaca, en donde puede experimentar nuevas experiencias, como maestro y como director también, pues ahí ejercí la dirección de dos escuelas de manera comisionada. Y como me retiré de la docencia en educación básica, entonces ya no pude ascender en el escalafón vertical, quedándome hasta la fecha como maestro de grupo en primaria rural, como lo dice mi nombramiento oficial.

En realidad me gusta mucho ser docente frente a grupo por que representa una oportunidad real de poner en práctica las ideas educativas que uno tiene, tal vez por eso no he buscado la manera de obtener un ascenso. Además en la educación básica es donde se forman los ciudadanos en general, independientemente de lo que estudien posteriormente, por eso creo que tiene un gran significado ser maestro de este nivel.

Todo mundo dice que es muy bonito ser maestro de este nivel educativo, pero asi como tiene su parte noble, también tiene su parte ingrata, hay de todo en el ejercicio profesional. De eso debemos tener plena conciencia, pues algunas ocasiones encuentra uno compañeros que lo ayudan a salir adelante en sus tareas, pero hay veces que los compañeros son los principales ostaculizadores de nuestro trabajo. Aun así no debemos decaer, es posible siempre seguir adelante.

Así es como he confrontado mi docencia y espero sea provechoso compartirlo con ustedes.

Un afectuoso saludo

Mi aventura de ser docente

Mi aventura de ser docente.


Ingresé al servicio educativo en 1983, como maestro de grupo en una primaria rural en el estado de Querétaro. La escuela donde llegué era unitaria y no contaba con vías de acceso con vehículos motorizados, por lo que tenia uno que llegar por caminos de herradura, generalmente caminando.

Al llegar a la escuela me hice cargo de un grupo de 26 niños que cursaban de primero a sexto grados, lo que quiere decir que mi grupo era multigrado. Como en la normal no me habían habilitado para ser profesor multigrado fue necesario echar mano de la creatividad necesaria para salir adelante en esa situación tan especial.

A partir de ese momento y para suplir las grandes carencias que tenía yo, y tengo, me propuse investigar las formas de trabajo con grupos multigrado, logrando recabar las estrategias más comunes de la época, como son los guiones didácticos, la audioclase y la técnica de monitores, las cuales fui combinando durante el trabajo cotidiano con mis alumnos.

Durante mis 26 años que tengo de servicio he aprendido mucho de mis compañeros y de mis alumnos, pues cuando del estado de Querétaro mi pasé al estado de Puebla, inmediatamente me inscribí en la UPN U-211, para cursar la licenciatura en educación básica, que terminé en 1990. Pero además en 1988 también me inscribí en la Normal Superior del Estado para cursar la Licenciatura en Ciencias Sociales, que terminé en 1994.

Aunque ya con el grado de licenciatura, en 1991 ingresé en la maestría en Investigación y Desarrollo de la Educación en la Universidad Iberoamericana, que terminé en 1994 también.

Ya con estos estudios, en 1995 me invitó el Secretario de Educación en el Estado, el Dr. Juan A. Badillo Torre, a trabajar como su asesor pedagógico en la SEP, lo que acepté en ese momento. Pero después me nombró director de la Unidad 212 de la UPN en Teziutlán, Pue., y posteriormente fui designado coordinador de unidades UPN en el estado.

Después de lo anterior me dediqué a la docencia en el nivel superior. En la UPN ya había yo ganada una plaza de 12 hrs. en 1994, por lo que en la normal superior impartí clases durante un año y regresé a la docencia en la Unidad 211en el año 2000, para retomar el modelo educativo que más me agrada: el crítico constructivo, que es con el que más nos identificamos en la UPN.

Desde esta trinchera educativa vivo la docencia día a día con mis alumnos, tratando de fomentar en ellos esa capacidad crítica que deben desarrollar los seres humanos para que puedan realizarse de manera armónica en todas sus dimensiones personales.

Creo firmemente que educar es desarrollar todas las facultades del ser humano para permitir su realización con plenitud y armonía.

Los problemas que actualmente enfrentamos como sociedad y como país no se resuelven con policías o soldados, se resuelven con una educación sólida que les permita a los individuos tener códigos éticos bien definidos y principios muy arraigados, de lo contrario no habrá cárceles ni policías suficientes para acabar con la delincuencia.

Espero que esta forma de enfrentar la docencia sea la adecuada y tenga algo de repercusión algún día.

FELIX RENDON RIOS